Volver al Inicio

Asociación Profesional Gallega de Terapeutas Ocupacionales

Buscador TOG

 

 

 

EL MODELO DE EJECUCIÓN OCUPACIONAL (AUSTRALIA) (OPM-A): UNA DESCRIPCIÓN DE LOS CONSTRUCTOS Y ESTRUCTURA.

THE OCCUPATIONAL PERFORMANCE MODEL (OPM-A) (AUSTRALIA): A DESCRIPTION OF CONSTRUCTS AND STRUCTURE.

 

Autoras

Dña. Christine Chapparo

Master en Letras, Profesora de Terapia Ocupacional, Terapeuta Ocupacional Titulada, Miembro de la Asociación Americana de Terapia Ocupacional, es Catedrática  en la Facultad de Terapia Ocupacional de la Universidad de Sydney.

Dña. Judy Ranka

Licenciada en Ciencias, Master en Letras, Terapeuta Ocupacional Titulada, es profesora en la Facultad de Terapia Ocupacional de la Universidad de Sydney.

 

Como citar este artículo en sucesivas ocasiones:
Chapparo C; Ranka J.: El Modelo de Ejecución Ocupacional (Australia): Una descripción de los constructos y estructura. TOG (A Coruña) [revista en Internet]. 2007 [-fecha de la consulta-]; (6): [58 p.]. Disponible en: http://www.revistatog.com/num6/pdfs/modelos 1.pdf

 


Esta traducción se realiza con el consentimiento de las autoras del documento original titulado: The Occupational Performance Model (Australia): A description of constructs and structure. Publicado por primera vez en Chapparo, C. & Ranka, J. (1997). Modelo de Desempeño Ocupacional (Australia): Monografía 1. Red OP: La Universidad de Sydney

 

 

Transcripción realizada por equipo de Traductores de Revista TOG

Dña. Cristina Gutiérrez Borge
Dña. Patricia de la Fuente López
Dña. Tania Colias Sebastián
Dña. Mar Crespo Bustos
Dña. Ana Losa Rincón

 

Traducción Revisada por

 

D. Pablo Cantero Garlito

Terapeuta Ocupacional y Educador Social.
Centro de Rehabilitación Psicosocial de Plasencia.
Miembro del Comité Científico de Revista TOG.

 

D. Miguel Ángel Talavera Valverde

Terapeuta Ocupacional. Área Sanitaria Ferrol
Director de Revista TOG
www.revistatog.com

 

Traducción y adaptación al español realizada entre los meses de Noviembre del 2006 a Junio del 2007

Publicación y divulgación del documento por Revista TOG www.revistatog.com

 

Agradecimientos del Comité Editor de Revista TOG.

Agradecemos las facilidades ofrecidas por las autoras de este documento para su publicación en esta revista.

RESUMEN

Las ideas actuales de desempeño ocupacional están siendo desarrolladas en todo el mundo al mismo tiempo como directrices para la práctica (Asociación canadiense de Terapia, 1991) y con un sentido de desarrollo de una lengua profesional (Asociación americana de Terapia Ocupacional, Inc. 1989). Este artículo describe la aportación Australiana a este esfuerzo que extiende la existencia de conceptualizaciones a través del desarrollo de un modelo de desempeño ocupacional que explica la estructura del desempeño de las ocupaciones humanas. El Modelo de Desempeño (Australia) (Apéndice1) está estructurado alrededor de ocho construcciones, desempeño ocupacional, roles de desempeño ocupacional, áreas de desempeño ocupacional, componentes de desempeño ocupacional, elementos principales del desempeño ocupacional, entorno, espacio y tiempo.

Este artículo describe la etapa de origen de la teorización sobre el desempeño ocupacional a través de la definición de la terminología constructiva y sugiriendo como están relacionadas esas estructuras. Las modificaciones de las construcciones y la terminología se sucederán tanto en el modelo susceptible de una investigación y un desarrollo adicional adicional, como también el resultado de la prueba de campo en las situaciones prácticas.

 

 

Introducción

 

Los modelos conceptuales se han convertido en un centro de interés de la praxis de la terapia ocupacional y la educación en las últimas dos décadas. (American Occupational Therapy Association, Inc., 1973; Hagedorn, 1992; Dutton, Levy & Simon, 1993, Christiansen, 1991a; Reed, 1984; Reed & Sanderson, 1983). Estas conceptualizaciones son interpretaciones del constructo 'ocupación'. Algunos modelos conceptuales interpretan la ocupación  desde la perspectiva de la función humana y describen la naturaleza de las ocupaciones humanas. (Gilfoyle, Grady & Moore, 1981; Kiehlhofner 1985; Reed, 1984, p. 491). La mayoría, sin embargo, interpreta la ocupación desde la perspectiva de la terapia ocupacional, formando así la base de los modelos prácticos de intervención (Allen, 1985; Ayres, 1979). A pesar del desarrollo de numerosos modelos conceptuales describiendo tanto las ocupaciones humanas como la terapia ocupacional, ningún modelo individual ha reunido adecuadamente el ámbito de de las exigencias teóricas, prácticas y explicativas de la profesión. (Hubbard, 1991). Una conceptualización de la ocupación desarrollada desde 1972 (American Occupational Therapy Association, Inc., 1973) ha sido denominada "ejecución ocupacional". Recientemente, ésta ha evolucionado en un marco que proporciona Directrices para la Práctica Centrada en el Cliente (Canadian Association of Occupational Therapists, 1991), un sistema de clasificación terminológica  (American Occupational Therapy Association, Inc., 1979, 1989; Dunn & McGourty, 1989), y una guía curricular  (American Occupational Therapy Association, Inc., 1974; School of Occupational Therapy, 1986, 1992). Los teóricos individuales han comenzado a emplear el término para describir el contenido y proceso de la terapia ocupacional en diferentes áreas de práctica (Árnadóttir, 1990; Christiansen, 1991; Dunn & Campbell, 1991; Llorens, 1984a; Mosey, 1981, 1986; Nelson, 1984, 1988; Pedretti & Pasquinelli, 1990). Hasta la fecha, las conceptualizaciones de la ejecución ocupacional han permanecido centradas en gran medida en el intervencionismo o la práctica (Árnadóttir, 1990; Pedretti & Pasquinelli, 1990; Söderbach & Ekholm, 1993) descuidando el desarrollo de la noción de terapia ocupacional como una forma de explicar las dimensiones de las ocupaciones humanas cotidianas.

Este artículo describe un amplio modelo de ejecución ocupacional que está siendo desarrollado por los autores, el Modelo de Ejecución Ocupacional (Australia). El desarrollo de este modelo comenzó en 1886 cuando se hizo evidente que las nociones existentes acerca de la ejecución ocupacional usadas para estructurar el contenido curricular en la Licenciatura de Ciencia Aplicada en Terapia Ocupacional de la Facultad de Ciencias de la Salud de Cumberland (actualmente la Universidad de Sydney) requerían una expansión para reflejar de forma más adecuada tanto la naturaleza de las ocupaciones humanas como la práctica de la terapia ocupacional. En este artículo, el debate se limita a esbozar la estructura del modelo a través de la definición de los principales constructos y la presentación de una breve exposición de los supuestos subyacentes relativos a la naturaleza de la ejecución ocupacional humana. Algunos aspectos de los constructos y asunciones bosquejados no son nuevos pero reflejan una síntesis de ideas acerca de la naturaleza de las ocupaciones humanas que podemos encontrar en diferentes escritos (Meyer, 1922/1977; Christiansen, 1991, Llorens, 1991; Reed, 1984). Otros aspectos del modelo extienden estos constructos y asunciones para formar una nueva configuración de la ejecución ocupacional que difiere de las nociones actualmente existentes. Los procesos que existen en y entre los elementos clave y el uso del modelo para explicar la práctica de la terapia ocupacional no serán tratados en este artículo.
 
EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DEL MODELO

Krefting (1985) sugiere que para la terapia conceptual los modelos conceptuales tratan de responder las siguientes preguntas: ¿qué es lo que los terapeutas evalúan y tratan, y por qué? Construir modelos conceptuales para responder estas cuestiones es visto como un proceso evolutivo que comienza con una idea (Reynolds, 1980). El proceso va de la idea a la conceptualización y envuelve un sistema de clasificación en el cual una serie de conceptos es desarrollada. Finalmente, la conceptualización evoluciona en sentencias relacionales que pueden ser evaluadas a través del consenso y la intersubjetividad de la comunidad profesional implicada (Reynolds, 1980; Yerxa, 1983). El Modelo de Ejecución Ocupacional (Australia) esbozado en este artículo representa un ejemplo del la fase de construcción del modelo en la que los conceptos han sido desarrollados, clasificados y relacionados, pero todavía no han sido evaluados o testados plenamente.

Dichoff, James and Wiedenback (1968) describe cuatro niveles de desarrollo en la construcción del modelo que se dan en disciplinas prácticas tales como la terapia ocupacional. El nivel más rudimentario es el “aislamiento de factores”, en el cual es desarrollada la terminología (1968, p.416). El segundo nivel es denominado “relación de factores”, a través del cual se hacen propuestas acerca de cómo se interrelacionan los conceptos. El tercer nivel incluye la “relación de situaciones”, que identifica cómo el modelo es capaz de hacer predicciones y especificar la naturaleza de la relación. Un modelo “productor de situaciones” es un producto del cuarto nivel y permite al modelo ser usado preceptivamente. El Modelo de Ejecución Ocupacional (Australia) posee características de todos los niveles del modelo constructivo bosquejado. Los constructos en el modelo son nombrados y definidos (aislamiento de factores); las interacciones entre constructos son propuestas (relación de factores); las proposiciones son hechas con respecto a la relación de asociación existente entre constructos (relación de situaciones) y el modelo puede ser empleado para establecer metas y determinar la acción o no-acción (producción de situaciones).

Los conceptos son los bloques de modelos conceptuales construidos y pueden ser identificados como concretos, comportamentales o abstractos (Krefting 1985). Los conceptos clave definidos en cada nivel del modelo pueden ser considerados de carácter abstracto y simbólico y, por lo tanto, son descritos con mayor corrección como constructos. Las relaciones entre los constructos son aludidos como principios (Payton, 1979). Las relaciones en este modelo de ejecución ocupacional son representadas como flechas entre los constructos, y proporcionan las reglas, convertidas en hipótesis, para la acción y la futura dirección para la investigación con el fin de verificar el modelo.

EJECUCIÓN OCUPACIONAL: ASUNCIONES SUBYACENTES

Los valores, creencias y principios subyacentes al modelo conceptual tienen una gran influencia en su identidad y desarrollo. Las asunciones subyacentes al Modelo de Ejecución Ocupacional (Australia) caben dentro de tres grandes categorías:

  1. asunciones acerca de las ocupaciones humanas.
  2. asunciones acerca de la ejecución humana.
  3. asunciones acerca de los humanos como sistemas de auto-organización

 

Ocupaciones Humanas

Las asunciones acerca de las ocupaciones humanas se derivan de principios filosóficos básicos de la terapia ocupacional ya descritos por otros (ver, por ejemplo: Canadian Association of Occupational Therapy, 1991; Christiansen, 1991; Hopkins, 1993, Keilhofner, 1995; Meyer, 1922/1977; Reed, 1984, 1993; Rogers, 1982). Las personas son vistas desde una perspectiva holística como compuestas por los elementos interactuantes mente, cuerpo y espíritu. El compromiso con la ocupación proporciona un sentido de realidad, dominio, competencia, autonomía y organización temporal. El compromiso con la ocupación supone una interacción entre las personas y su entorno. La salud no es la ausencia de enfermedad; significa más bien competencia y satisfacción en la ejecución de los roles ocupacionales, rutinas y tareas. Los humanos son parte activa en el proceso de creación de su ser o identidad ocupacional. Esta participación activa puede ser llevada intrínsecamente por la elección o la necesidad, o impuesta externamente por factores ambientales. Un ser ocupacional es el aspecto del ser humano que  idea y actualiza el compromiso con los roles ocupacionales. Este ser ocupacional es expresado a través de la ejecución ocupacional y definido en último término por los roles ocupacionales de las personas.

Ejecución

El término 'ejecución' es entendido normalmente como acción o ejecución motriz: a menudo el producto final de otros procesos mentales o psicológicos (Keilhofner, 1995; Nelson, 1988). La asunción que subyace al modelo presentado en este escrito es la de que la ejecución es algo más que 'hacer'. Delbridge (1981, p.1285) no solamente define la 'ejecución' como desempeño o actividad, sino que define de una forma más general las ejecuciones como la manera en la cual alguien reacciona bajo ciertas condiciones, o lleva a cabo un objetivo. Una reacción puede ser un cambio físico, mental o emocional. El propósito implica deseo o motivación (Delbridge, 1981, p.722). Se supone por tanto que la 'ejecución' en este modelo va más allá del 'hacer' para incorporar el 'saber' y el 'ser'

Auto-Organización

Se supone que los humanos son sistemas auto-organizados que producen patrones de conducta procedentes de la interacción cooperativa de muchos elementos (Kelso, Mandell & Schelsinger, 1989; Schöner & Kelso, 1988). Esta auto-organización no es necesariamente explicada por los modelos conceptuales de mecanismos de input-output sino más bien por modelos dinámicos o no-lineares. La asunción subyacente en una concepción dinámica de la conducta es la de que los humanos están compuestos por un número complejo, multidimensional, de subsistemas. Ningún subsistema tiene prioridad lógica para organizar o iniciar la conducta del sistema. Esta asunción significa que la conducta ocupacional, en cualquier momento, ocurre como respuesta a la confluencia de todos los constructos esbozados en el modelo y que los pequeños cambios en uno de los constructos pueden tener importantes efectos globales.

EJECUCIÓN OCUPACIONAL: CONSTRUCTOS Y ESTRUCTURA

Concordando con otros modelos existentes y evolutivos de terapia ocupacional (Fisher, Murria & Bundy, 1991; Keilhofner, 1995; King, 1978; Llorens, 1976, 1984a; Mosey, 1981, 1986; Reilly, 1974), el foco principal de este modelo es la relación persona-ambiente a lo largo de la vida y su activación a través de la ocupación (West, 1984). Ocho constructos fundamentales forman la estructura teórica de este modelo. Éstos son la ejecución ocupacional, roles de ejecución ocupacional, áreas de ejecución ocupacional, componentes de la ejecución  ocupacional, elementos nucleares de la ejecución ocupacional, ambiente, espacio y tiempo. Cada uno de estos constructos incorpora numerosos elementos interrelacionados. En lo que respecta a la relación persona-ambiente-ejecución, el marco estructural del modelo considera las interacciones entre dos ambientes como relativas a la ocupación: el medio interno y el externo de una persona (Fig. 1).

El medio interno está compuesto por el conjunto de estructuras, condiciones e influencias relacionadas con la ejecución ocupacional que se encuentran en los humanos. En este modelo se incluyen los constructos calificados como roles de ejecución ocupacional, áreas de ejecución ocupacional, componentes de la ejecución ocupacional, elementos nucleares de la ejecución ocupacional, y aspectos de espacio y tiempo.

imagen2
Figura 1: Relación entre el Medio Interno y
 Externo de la Ejecución Ocupacional
(Texto de la ilustración: Medio Externo; Medio Interno)

El medio externo está compuesto por las estructuras, condiciones e influencias que se encuentran fuera del ambiente interno y en los cuales las ocupaciones son desempeñadas. El medio externo posee dimensiones sensoriales, físicas, sociales y culturales que existen en el tiempo y el espacio. Estructuralmente, la ejecución ocupacional es vista como un sistema interactivo compuesto por aspectos del medio interno y externo. Todos los constructos del sistema son interdependientes, ya que los procesos que tienen lugar entre ellos forman un diálogo continuo en y entre los dos ambientes. Este diálogo se produce dentro del contexto del espacio y tiempo.

Las interpretaciones de los constructos en este modelo se componen de dos perspectivas. Una de ellas es una interpretación concerniente a la ejecución de las ocupaciones, y puede ser empleada para describir y clasificar la ejecución de las ocupaciones humanas. La otra es una interpretación de los mismos constructos concernientes al ejecutante y puede ser usada para describir a las personas como seres ocupacionales.

CONSTRUCTO 1: EJECUCIÓN OCUPACIONAL

El constructo principal alrededor del cual el Modelo de Ejecución Ocupacional (Australia) es conceptualizado es el de ejecución ocupacional. La proposición central en este modelo es la de que toda conducta de la vida cotidiana orientada a un fin posee un carácter ocupacional. La ejecución, según es definido en este modelo, amplía las nociones usuales de la ejecución como acción motriz para incluir los procesos físicos, mentales y emocionales, antecedentes y subsecuentes, relevantes para la tarea desempeñada. La ejecución es la habilidad para percibir, desear, recordar, planificar y llevar a cabo ocupaciones en respuesta a las demandas de los ambientes interno y/o externo. Estas ocupaciones se caracterizan por cambios intencionales en la conducta que pueden ser físicos, cognitivos o psicosociales. La ocupación se refiere al intencional y significativo compromiso de roles, rutinas, tareas y subtareas con un propósito de auto-mantenimiento, productividad, ocio (Reed, 1984, p.492) y descanso (Llorens, 1991, p. 46; Meyer, 1922/1977, p.641).

Ejecución Ocupacional es la habilidad para percibir, desear, recordar, planificar y llevar a cabo roles, rutinas, tareas y subtareas con  un  propósito de auto-mantenimiento, productividad, ocio y descanso en respuesta a las demandas de los ambientes interno y/o externo.

 

CONSTRUCTO 2: ROLES DE EJECUCIÓN OCUPACIONAL

El concepto de rol es complejo, formado por muy diversos componentes y conductas. El uso del término 'rol' en este modelo ha sido tomado prestado principalmente de la sociología (Jackson, 1972; Sarbin & Allen, 1968) y es definida como "un conjunto de conductas socialmente consensuadas sobre las funciones y por las cuales existe un código aceptado de normas" (Christiansen & Baum, 1991, p. 857). Los roles son expresados a través de una asunción automática o deliberada acerca de los patrones conductuales que se asocian comúnmente con una función específica en la sociedad (Delbridge, 1981, p.1496). Los roles funcionan como vehículos para la participación social y la participación productiva y han sido descritos como conformadores del núcleo de la interacción social (Jackson, 1972; Vause-Earland, 1991).

Los roles han sido divididos en dos grandes grupos en diversas formas que incluyen tales descriptores como roles familiares, roles personal-sexuales, roles sociales, roles culturales y roles ocupacionales (Thomas, 1966; Vause-Earland, 1991). Dentro de los límites de cada rol adquirido a lo largo de la vida, se crean expectativas de ejecución de las tareas relativas a dicho rol tanto por parte de los factores socioculturales del ambiente externo como por la persona que se convierte en ejecutante del rol. La competencia y satisfacción con la ejecución del rol está basada, por lo tanto, en percepciones internas y también externas de la ejecución (Christiansen, 1991; Jackson, 1972). El rol de comportamiento es visto como la manera en que las personas expresan su lugar en la sociedad, tanto en términos de su contribución única y valiosa como de su habilidad para adaptarse al código de aceptabilidad dentro de un medio sociocultural particular.

Los roles de ejecución ocupacional son aquellos roles que constituyen la mayor parte de las funciones y rutinas diarias (Keilhofner, 1995; Keilhofner & Burke, 1985; Llorens, 1991). Existe un énfasis creciente en los escritos sobre terapia ocupacional acerca de que las metas de la profesión incluyen la preservación, mantenimiento y desarrollo de los valiosos roles ocupacionales (Christiansen, 1991; Heard, 1977; Jackoway, Rogers & Snow, 1987; Keilhofner, Harlan, Bauer & Maurer, 1986; Matsutsuyu, 1971; Moorhead, 1969; Oakley, Keilhofner, Barris & Reichler, 1986; Vause-Earland, 1991; Versluys, 1980).

El concepto de 'elección' y 'necesidad' que conduce a las personas a comprometerse con roles ocupacionales refleja hasta qué punto un rol ocupacional cualquiera puede ser escogido o asumido por un individuo como resultado de la presión social. Este Modelos reconoce que, tanto como constructo y como sistema personal/social de valores, la elección individual es ajena a un número de grupos sociales cuya identidad sociocultural es colectivista (Manstead & Hewstone, 1995). El individuo, el grupo social o las combinaciones de ambos pueden por tanto determinar la ejecución del rol ocupacional.

Los roles de ejecución ocupacional se componen de patrones de ejecución ocupacional que son determinados por las necesidades personales de rutinas diarias de auto-mantenimiento, productividad, ocio y descanso dentro de contextos sensoriales, físicos y culturales específicos.

En concordancia con las relaciones de ejecución de la persona esbozadas en el modelo – ambiente –, los roles de ejecución ocupacional pueden ser conceptualizados como si poseyesen tres dimensiones. Una es el 'saber'. El saber consiste en tener un entendimiento intuitivo o concreto de los roles de ejecución ocupacional deseados o esperados. Este saber tiene como resultado el que la persona posea opiniones acerca de patrones organizados de ejecución ocupacional que son esperados o aceptados por el medio físico-sensosociocultural. El segundo supone un proceso de hacer y, normalmente, conlleva la acción física de las personas dentro de su ambiente. La tercera dimensión hace referencia a los aspectos interpersonales y socioemocionales del rol de identidad y reconoce la noción de 'ser' como un componente de cumplimiento o satisfacción de los roles de ejecución ocupacional (Rowles, 1991). Es posible que esta dimensión se relacione con un significado personal, que contribuye a valorar el propio rol ocupacional.

Las personas participan total o parcialmente en el desempeño de los roles de ejecución ocupacional. Por ejemplo, la participación total en el rol de ejecución ocupacional de una ama de casa (rol de trabajo) produce una conducta ocupacional que implica la manipulación de aspectos físicos de la casa (hacer). Esto puede o no ser llevado a cabo dentro del contexto social de los miembros de la familia que requiere una interacción interpersonal (medio) y un conocimiento personal de sus necesidades (saber). El rol conlleva aspectos de satisfacción y cumplimiento que se relacionan con nociones personales de competencia en la ejecución del rol y percepciones personales de su valor sociocultural (ser).

Por otra parte, podría considerarse que un hombre anciano que precise asistencia física no posee ningún rol de ejecución ocupacional como auto-mantenedor porque ya no puede 'realizar' rutinas o tareas de automantenimiento. Sin embargo, él 'sabe' qué quiere que sea hecho y cómo quiere que sea hecho por sus cuidadores, participando de ese modo en las dimensiones del 'saber' de la ejecución del rol. También puede experimentar satisfacción cuando las rutinas son llevadas a término según sus especificaciones y experimentar las dimensiones del 'ser' de la función del rol en términos de cumplimiento. Otros podrían ser capaces de llevar a cabo todos los aspectos del 'hacer' y el 'saber' de los roles de ejecución ocupacional. La dimensión del 'ser' de este rol de ejecución se perdería.

Alguien con severas y múltiples discapacidades podría no ser capaz de contribuir a los aspectos del 'hacer' o el 'saber' de un rol ocupacional tales como el de ser auto-mantenedor. Las expectativas personales podrían ser relacionadas con el 'ser' atendido dentro de una situación segura, confortable, que proporciona satisfacción y contento en el nivel que es precisado por esa persona. Como ya se dijo antes, la asunción de roles de ejecución ocupacional están parcialmente determinados por el ambiente de una persona. En este caso, alguien que carezca de la habilidad para organizar los aspectos del 'hacer' o del 'saber' de los roles de ejecución ocupacional son vulnerables al 'ser' atendidos en un nivel que es considerado apropiado por el contexto sociocultural. Esto podría o no ser congruente con las expectativas personales.

Los roles dependen de los componentes personales-de ejecución cambiantes tales como la edad, habilidad y la circunstancia físicosensorial-sociocultural y la mayoría de las personas asume un número considerable de roles de forma simultánea. La manera en que las personas equilibran la configuración de roles en cada momento y la decisión sobre qué roles son descartados y qué roles son asumidos, forma transiciones en la conducta del rol ocupacional que son constantemente confeccionados a lo largo de la vida en respuesta a las demandas del medio interno y externo.
Como parte de un sistema interactivo, los roles de ejecución ocupacional poseen la capacidad para, simultáneamente, influenciar y ser influenciados por otros aspectos del sistema. Por ejemplo, en muchas culturas el rol de ejecución ocupacional de una persona como trabajador determina el equilibrio de las áreas de auto-mantenimiento, productividad, ocio y descanso de la ejecución ocupacional. Estas, a su vez, determinan los requisitos integrantes necesarios para llevar a cabo la ejecución en el área de productividad. Por otro lado, cuando las circunstancias permiten a una persona escoger un rol de ejecución ocupacional, la elección debe estar basada en fuerzas integrantes particulares, tales como la extraordinaria coordinación motriz de un atleta. El Rol de Ejecución Ocupacional es el constructo central organizador de la ejecución ocupacional en el Modelo de Ejecución Ocupacional (Australia) (Chapparo  Ranka, 1996) (Fig. 2).

imagen4
Figura 2: Posición de los Roles Ocupacionales en el
Modelo de Ejecución Ocupacional.
(Texto de la ilustración: Rol Ocupacional)

Roles de Ejecución Ocupacional son patrones de conducta ocupacional compuestos por configuraciones de ocupaciones de automantenimiento, productividad, ocio y descanso. Los Roles de Ejecución Ocupacional están determinados por las relaciones persona-ambiente-ejecución individuales. Se establecen a través de la necesidad y/o la elección y son modificados con la edad, habilidad, experiencia, circunstancia y tiempo.

 

Análisis de la Ejecución Ocupacional: Roles de Ejecución Ocupacional

Todo análisis de las dimensiones de la ejecución del rol ocupacional relativas a esta definición debería incluir las siguientes dimensiones:

- Identificación de los roles de ejecución ocupacional elegidos y necesitados.
- Medio – 'adecuación' del rol de ejecución ocupacional.
- Nociones personales de equilibrio de los roles de ejecución ocupacional que son escogidos y necesitados.
- 'Hacer' – la capacidad física para llevar a cabo rutinas exigidas por un rol de ejecución ocupacional.
- 'Saber' – la capacidad para crear, planificar, estructurar y organizar rutinas exigidas por un rol de ejecución ocupacional.
- 'Ser' – la satisfacción derivada o esperada, el valor y cumplimiento atribuido a la ejecución percibida del rol ocupacional.
- La adecuación percibida de los roles de ejecución ocupacional identificados por la persona y por otros en su ambiente teniendo en cuenta la edad, la habilidad, los recursos ambientales y el tiempo.
- El potencial para la adaptación o el cambio en la ejecución del rol ocupacional.

CONSTRUCTO 3: ÁREAS DE EJECUCIÓN OCUPACIONAL

La terapia ocupacional ha categorizado tradicionalmente la ejecución de las ocupaciones cotidianas en tres áreas: ocupaciones de auto-mantenimiento, ocupaciones de productividad/escuela y ocio/juego. Este modelo propone una cuarta área: las ocupaciones de descanso. Otros han reconocido incluso su importancia como dimensión de la ejecución ocupacional (Llorens, 1991) (Fig. 3).

Ocupaciones de Descanso hacen referencia a la búsqueda intencional de no-actividad. Esta puede incluir un tiempo dedicado al sueño (Meyer, 1922/1977), así como rutinas, tareas, subtareas y rituales acometidos con el fin de relajarse.

La inclusión de esta categoría como una forma separada de las ocupaciones de automantenimiento delata la existencia de razones socioculturales, cotidianas y vitalicias para el grado en el cual las personas son, o desean ser, pasivas y contemplativas en lugar de activas y productivas (Rowles, 1991). Por ejemplo, las personas que están envejeciendo pueden tener un creciente deseo de habilidad para recordar, repasar su vida y modos más reflexivos de ocupación (Coleman, 1986; Rowles, 1991).

Ocupaciones de Auto-Mantenimiento son rutinas, tareas y subtareas llevadas a cabo para preservar la salud y bienestar de una persona en el ambiente (Reed 1984, p.499).
Estas rutinas, tareas y sub-tareas pueden darse bajo la forma de rutinas habituales (vestirse, comer) o de tareas ocasionales no habituales (tomar una medicación) que son demandadas por las circunstancias.

Ocupaciones de Productividad/Escuela son rutinas, tareas y subtareas que son realizadas para permitir a la persona proporcionarse sustento a sí mismo, la familia o la comunidad a través de la producción de bienes o la provisión de servicios (Reed, 1984, p.499).

Ocupaciones de Ocio/Juego son aquellas rutinas, tareas y subtareas que se realizan con un propósito de entretenimiento, creatividad y celebración.

imagen5
Figura 3: Áreas de Ejecución Ocupacional y
su relación con otros constructos dentro del
Modelo de Ejecución Ocupacional.
(Texto de la ilustración: Rol Ocupacional: Auto-mantenimiento; Descanso; Ocio; Productividad)
Ocupaciones: Subtareas, Tareas y Rutinas

Aunque la actividad ha sido un término tradicionalmente empleado en la terapia ocupacional para denotar la intencionalidad de la acción (Christiansen, 1991; Cynkin, 1979; Fidler & Fidler, 1978; Meyer, 1922/1977; Mosey, 1981). Los significados atribuidos al constructo subyacente se ha vuelto tan amplio y flexible que ha perdido su poder para 1) describir elementos de ocupaciones y ejecución a niveles variables y 2) dirigir e influenciar el centro de interés de la intervención de la terapia ocupacional (Christiansen, 1991; Jenkins, 1993; Lyons, 1983; Nelson, 1988). En este momento del desarrollo del Modelo de Ejecución Ocupacional (Australia) las ocupaciones en cada área de ejecución ocupacional han sido clasificadas de acuerdo con la complejidad existente de estructura y tiempo (Fig. 4).

En primer lugar, la estructura de una ocupación puede ser vista desde tres niveles de complejidad: subtareas, tareas y  rutinas. Las subtareas se componen de pasos o unidades individuales de la tarea total y son expuestas en términos de conducta observable (Romiszowski, 1984). Las tareas son vistas como secuencias de subtareas que son ordenadas desde la primera que es ejecutada hasta la última que es ejecutada para lograr un propósito específico. Estas tareas pueden ser llevadas a cabo en acto o pensamiento (planificadas o imaginadas). Por ejemplo, el acto de beber puede ser dividido en subtareas tales como localizar el vaso, alcanzar el vaso, coger el vaso y levantar el vaso. Todas estas subtareas, cuando son puestas juntas en una secuencia ordenada, tiene como resultado la ejecución de la tarea total: beber.

Las rutinas son secuencias de tareas que comienzan por una respuesta a un impulso interno o externo y terminan con el logro de la función crítica identificada (Brown, 1987).

imagen6
Figura 4: Estructura de las Ocupaciones en el Modelo de Ejecución Ocupacional: Rutinas, Tareas y Subtareas. (Texto de la ilustración: Rutinas: Estructura>Fija>Flexible; Ritmo>Regular>Intermitente. Tareas: Estructura, Ritmo. Sub-Tareas: Estructura, Ritmo)

Los patrones de la tarea que con creados pueden ser fijos o flexibles. Muchas rutinas de automantenimiento son fijas. Por ejemplo, asearse, la higiene oral-facial o el vestirse requieren tareas muy claras para ser ejecutadas con el fin de realizar la función crítica. El contexto sociocultural imperante determinará de qué manera son fijadas las rutinas y normalmente apenas se producen desviaciones con respecto a la rutina aceptada.

Las rutinas flexibles pueden ser realizadas de muy diversas maneras  (Brown, 1987). Mientras es llevada a cabo de una forma que es aceptable para el ejecutante y para los demás, no importa cuál sea el patrón de la tarea. Por ejemplo, las rutinas de juego implican diversas tareas que pueden adquirir diferentes estructuras, tales como jugar al fútbol, ir al cine o pintar un cuadro. Cada una des estas rutinas de juego logra la misma función crítica: jugar.

Todas las rutinas se componen de subtareas flexibles y secuencias. Por ejemplo, aunque el vestirse no sea una rutina flexible, las subtareas específicas empleadas en la rutina de vestirse pueden variar. Una persona abotona su blusa usando un gancho para abrochar los botones, otra persona la abrocha previamente y después la introduce por la cabeza y otra gente puede usar cierres de velcro.

La clasificación de subtareas, tareas y rutinas también puede ser descrita de acuerdo a sus patrones temporales. Las rutinas pueden ser regulares o intermitentes. Las rutinas regulares ocurren en una base cotidiana y suelan ser críticas para la función de una persona relacionada con las demandas de su medio. A menudo pueden convertirse en habituales por lo cual la rutina de las secuencias de tareas bien ejercidas puede ser ejecutada sin necesidad de pensar. Las rutinas intermitentes no poseen la misma regularidad. No tienen que ser realizadas todos los días pero aún así pueden ser cruciales para el funcionamiento independiente. Por ejemplo, una enfermedad repentina induce a una persona a comprometerse con la rutina de ir al médico. Otras rutinas intermitentes puede que nunca necesiten ser llevadas a cabo pero aún así tener un impacto cualitativo en la vida de la persona. Por ejemplo, ir al cine no es una rutina crítica para la mayoría de la gente pero puede ser percibida por algunos como enriquecedora de sus vidas. Mucha gente busca la novedad de una rutina intermitente. El punto hasta el cual una persona participa en la ejecución de subtareas, tares y rutinas varía a lo largo de la vida y depende de la edad, la circunstancia y la habilidad. Por ejemplo, los niños de corta edad son incapaces de completar rutinas sin la ayuda de sus padres y profesores. Sin embargo, desde temprana edad son capaces de completar algunas tareas que forman parte de rutinas y muchas subtareas. En los primeros tres meses de vida los bebés participan en subtareas que implican la localización del rostro de la madre, el alcanzar juguetes y llevarlos a la boca. Mucha gente que ve reducida su habilidad motora y/o cognitiva puede que nunca llegue a ser capaz de dominar la ejecución de rutinas cotidianas. Sin embargo, tener la oportunidad de elegir participar en parte de la rutina (tareas) o incluso subtareas contribuye al hecho de que ellos establezcan una identidad ocupacional que se relaciona con un rol de ejecución ocupacional. Por ejemplo, un hombre joven con daños cognitivos que no es capaz de calcular el precio de la comida o de elaborar una lista de la compra no debe ser necesariamente excluido de la participación en la rutina total de hacer la compra. Su participación en las tareas y subtareas de la rutina de hacer la compra que él es capaz de dominar, tales como ir hasta la tienda, seleccionar los artículos, introducirlos en las bolsas y transportarlos contribuye a ampliar su identidad ocupacional a través de la participación en la ejecución del rol ocupacional de un comprador.

Clasificación de ocupaciones: un proceso idiosincrásico

No es posible para un observador generar una clasificación estática para cada área de ejecución ocupacional basada en el conocimiento de una única rutina específica, tarea o subtarea  independientemente de esta amplia estructura. El proceso de clasificación es una función idiosincrásica que es realizada por el ejecutante. La manera en la que una persona clasifica una ocupación cualquiera puede variar día a día en lo que respecta a su propósito. Por ejemplo, leer puede ser clasificado por una persona, al mismo tiempo, como una ocupación de automantenimiento (leer las instrucciones de una receta médica), o como una ocupación relacionada con el trabajo (leer el contenido de la pantalla de un ordenador), o como una ocupación de ocio (leer un libro por diversión), o como una actividad con el propósito específico de descansar (leer para conciliar el sueño). Las rutinas se auto-clasifican de un modo similar. Una rutina adquiere sentido por el contexto en la cual es ejecutada o por la intención personal de la rutina. Por ejemplo, fregar el suelo puede ser considerado como una ocupación de auto-mantenimiento en relación con el mantenimiento de la higiene ambiental. No obstante, si la intención es desempeñar la misma rutina como limpiador profesional, algunas de las tareas y subtareas requeridas para ejecutar la rutina cambiarían.

Por otra parte, la clasificación de las ocupaciones varía entre grupos socioculturales. Por ejemplo, algunas culturas nunca definirían lo que hacen como ocio (Anderson, 1964; Ranka & Zhuo, 1987; Ranka, Henley & Zhuo, 1989) incluso aunque otras interpretasen varias de las ocupaciones por ella desempeñadas como 'festivas' o 'alegres'. De igual modo, la gente de otras culturas (p.ej., los habitantes de las Islas Salomón) definiría todo aquello que hace como automantenimiento (Twible, personal communication, February, 1988; Twible & Henley, 1996) aún cuando un observador pudiese percibir un propósito de productividad. Por lo tanto, la clasificación de las ocupaciones es auto-definida y depende del contexto, la intención del ejecutante y la naturaleza de la tarea (Nelson, 1988; Christiansen, 1991). Las líneas punteadas que separan las áreas de ejecución ocupacional del auto-mantenimiento, el descanso, el ocio y la productividad que se ven en la Figura 3 ilustran que en el Modelo de Ejecución Ocupacional (Australia) esta división es artificial.

Cada día de nuestra vida se caracteriza por la ejecución de patrones de ocupaciones de automantenimiento, productividad, ocio y descanso. La cantidad, tipo y duración de la ejecución en un área influencia la ejecución en el resto de áreas. Esto es puesto de manifiesto por las líneas punteadas contenidas en el Modelo de Ejecución Ocupacional (Australia) (Fig. 3). Por ejemplo, la cantidad de trabajo que se requiere al ejecutante que haga a diario puede determinar la cantidad de descanso requerido por la persona, o el tiempo disponible para el ocio. El patrón de ocupación en cada una de las áreas a lo largo del tiempo es determinado individualmente con respecto a la ejecución del rol ocupacional deseado o esperado. Las nociones artificiales del equilibrio de la ejecución ocupacional en este nivel no pueden ser impuestas externamente.

Este Modelo propone que existe una relación entre los roles de ejecución ocupacional y las áreas de ejecución ocupacional y que la naturaleza de esta relación es interactiva. Esto se encuentra representado en la Figura 3 por las flechas entre estos niveles dentro del Modelo. Por un lado, la ejecución en las áreas ocupacionales contribuye a la motivación y el contexto para el desarrollo de roles de ejecución ocupacional. Por el otro, las responsabilidades del rol de ejecución ocupacional ayudan a definir la naturaleza de la ejecución en las áreas ocupacionales.

Análisis de la Ejecución Ocupacional: Áreas de Ejecución Ocupacional

El análisis de las ocupaciones en este nivel puede ser analizado y descrito de acuerdo con los elementos de la rutina, tarea o sub-tarea que está siendo llevada a cabo (análisis de las exigencias de la tarea) y con la ejecución (análisis de la tarea conductual). Tanto la estructura como el ritmo pueden ser analizados para cada elemento. Por ejemplo, cocinar puede ser descrito como una ocupación rutinaria que requiere la ejecución de las tareas y subtareas de cortar, leer, remover, probar y agarrar objetos de manera que se elabore una comida en un lapso de tiempo específico (análisis de las exigencias de la tarea). La persona que elabora la comida puede ser analizada según el grado de éxito y satisfacción de la ejecución de estas rutinas, tareas y subtareas con respecto a las metas estructurales y de ritmo (análisis de la tarea conductual).
Las dimensiones del análisis que pueden ser requeridas en las áreas de ejecución ocupacional incluyen:

- identificación de rutinas, tareas y subtareas que sustentan roles ocupacionales necesarios y elegidos.
- análisis de la estructura y ritmo de la ejecución de la sub-tarea y la tarea.
- análisis de la estructura de ejecución de la rutina, incluyendo el dominio de la ejecución de rutinas fijas y flexibles.

- análisis del ritmo de las rutinas, incluyendo tanto las rutinas regulares como las intermitentes.

CONSTRUCTO 4: COMPONENTES DE LA EJECUCIÓN OCUPACIONAL

La consecución de rutinas y tareas en las áreas de ejecución ocupacional se basa en la habilidad para sustentar una eficiente función física, psicológica y social. Este aspecto del modelo es conceptualizado como conformador tanto de los atributos integrantes del ejecutante como de los componentes de las tareas ocupacionales. Por ejemplo, existen dimensiones físicas, sensorio-motrices, cognitivas y psicosociales en toda tarea ejecutada. Estas dimensiones reflejan y provocan las operaciones físicas, sensoriomotrices, cognitivas y psicosociales de una persona que son empleadas para dedicarse a la ejecución de la tarea. La observación y el análisis de los componentes de la ejecución ocupacional pueden centrarse en los componentes de ejecución de la tarea o subtarea (análisis de las exigencias de la tarea) o en los componentes de ejecución de la persona (análisis de la tarea conductual) y la relación entre ambas. Los componentes de la ejecución ocupacional son clasificados, en líneas generales, en cinco áreas integrantes: biomecánica, sensorio motriz, cognitiva, intrapersonal e interpersonal (Fig. 5).

Componente Biomecánico: Desde la perspectiva del ejecutante este componente hace referencia a la operación e interacción de y entre las estructuras físicas del cuerpo durante la ejecución de la tarea. Puede incluir el ámbito del movimiento, la fuerza muscular, el agarrar, la resistencia muscular y cardiovascular, la circulación y la eliminación de los desechos corporales. Desde la perspectiva de la tarea que es llevada a cabo este componente hace referencia a los atributos biomecánicos de la tarea, por ejemplo, el tamaño, peso, dimensión y localización de objetos.

imagen7
Figura 5: Componentes de la Ejecución Ocupacional
y su relación con otros Constructos.
(Texto de la ilustración: Roles Ocupacionales./Autocuidados, Ocio, Producitividad/
Componente Biomecánico, Componente Sensoriomotor, Componente Cognitivo, Componente Intrapersonal, Componente Interpersonal)

 

Componente Senso-Motriz: Desde la perspectiva del ejecutante este componente hace referencia a la operación e interacción de y entre el input sensorial y las respuestas motoras del cuerpo durante la ejecución de la tarea. Puede incluir la regulación de la actividad muscular, la generación de respuestas motoras adecuadas, el registro de estímulos sensoriales y la coordinación. Desde la perspectiva de la tarea este componente hace referencia a los aspectos sensoriales de la tarea. Por ejemplo, la gravedad, color, textura, temperatura, peso, movimiento, sonido, olor y sabor.

Componente Cognitivo: Desde la perspectiva del ejecutante este componente hace referencia a la operación e interacción de y entre los procesos mentales utilizados durante la ejecución de la tarea. Puede incluir el pensar, percibir, reconocer, recordar, juzgar, aprender, saber, el atender y la resolución de problemas. Desde la perspectiva de la tarea este componente hace referencia a las dimensiones cognitivas de la tarea. Normalmente, éstas vienen determinadas por la complejidad simbólica y operacional de la tarea.

Componente Intrapersonal: Desde la perspectiva del ejecutante este componente hace referencia a la operación e interacción de y entre los procesos psicológicos internos utilizados durante la ejecución de la tarea. Puede incluir emociones, auto-estima, humor, afecto, racionalidad y mecanismos de defensa. Desde la perspectiva de la tarea este componente hace referencia a los atributos intrapersonales que pueden ser estimulados por la tarea y que son necesarias para una ejecución efectiva de la tarea, tales como el valorar, la satisfacción y la motivación.

Componente Interpersonal: Desde la perspectiva del ejecutante este componente hace referencia a la continua y cambiante interacción entre una persona y otras durante la ejecución de la tarea que contribuye al desarrollo del individuo como una participante en la sociedad. Puede incluir interacción entre individuos en relaciones tales como relaciones de pareja, familias, comunidades y organizaciones tanto formales como informales. Desde la perspectiva de la tarea este componente hace referencia a la naturaleza y grado de interacción interpersonal requerida para una ejecución efectiva de la tarea.

El impacto de los componentes en la  ejecución ocupacional es el resultado de una compleja red de interacciones que implica relaciones interdependientes entre los propios componentes, así como entre cada componente y otros constructos dentro del modelo. La capacidad de los componentes para influenciarse entre sí es puesta de manifiesto por las líneas punteadas contenidas en este nivel del Modelo (Fig. 5). Las flechas entre niveles dentro del Modelo (Fig.5) ilustran la interacción entre los componentes y otros niveles del modelo.
 
Análisis de la Ejecución Ocupacional: Componentes de la Ejecución Ocupacional

Existen muy diversos análisis que los terapeutas ocupacionales emplean para determinar la eficacia de la ejecución ocupacional en este nivel del modelo. Por ejemplo, la goniometría puede ser utilizada para analizar operaciones biomecánicas del ámbito del movimiento (Trombly & Scott, 1989); recordar la extensión de un dígito puede ser empleada para analizar operaciones de memoria a corto plazo (Duchek, 1991); el mantener la posición del cuero en una tabla de equilibrio es un ejemplo de operación sensoriomotriz (Fisher, Murray & Bundy, 1991); las medidas de interacción social pueden ser empleadas para analizar las operaciones interpersonales (Mosey, 1986); y los cuestionarios de soledad o depresión son descritos como medidas de operaciones intrapersonales (Borg & Bruce, 1991). Sin embargo, Leont'ev (1978) nos recuerda que es imposible analizar muchas de estas operaciones con independencia del contexto en el cual están insertadas. Cada operación interactúa con otras operaciones. Por consiguiente, el análisis en este nivel requiere:

Análisis de desempeño ocupacional:

Componentes de desempeño ocupacional

Hay muchos terapeutas de análisis ocupacional que utilizan para determinar la eficacia del desempeño ocupacional este nivel del modelo. Por ejemplo, la goniometría puede ser usada para realizar operaciones biomecánicas de registro de movimiento (Trombly & Scott, 1989); el recuerdo de la extensión del dígito puede ser utilizado para analizar el funcionamiento de la memoria a corto plazo (Duchek, 1991); el mantenimiento de la posición del cuerpo sobre una tabla de equilibrio es un ejemplo de una operación motosensorial (Fisher, Murray & Bundy, 1991); se pueden utilizar medidas de interacción social para analizar operaciones interpersonales (Mosey, 1986); y los inventarios de soledad o depresión son descritos como medidas de operaciones intrapersonales (Borg & Bruce, 1991). Sin embargo, Leont'ev (1978) nos recuerda que es imposible analizar muchas de esas operaciones sin tener en cuenta el contexto en el que ellas se encuentran. Cada operación tiene una interacción con las otras operaciones. Por lo tanto, el análisis a este nivel requiere:

_ Identificación de las operaciones integrantes que
sostengan tareas y el desempeño rutinario en el
Mundo diario.
_ Consideración del efecto de un componente sobre el funcionamiento de otro.
_ Consideración de la tarea requerida y el ajuste entre ésta y las operaciones integrantes del sujeto.
CONSTRUCTO 5: ELEMENTOS ESENCIALES DEL DESEMPEÑO OCUPACIONAL

Esta construcción reconoce al cuerpo –espíritu mental paradigma de acción que ha sido largamente reconocido como clave para la salud física, mental y el bienestar (Townsend, Brintnell & Staisey, 1990) (Fig. 6).

Aunque cada aspecto de esta construcción está descrito en esta sección, no pueden estar funcionalmente separados, reducidos, o entendidos como elementos únicos.
Esto no es un nuevo concepto en terapia ocupacional. En 1922, Meyer (1922/1977) recomendó esta premisa declarando:
"nuestro cuerpo no es simplemente tantas libras de carne y hueso formando como una máquina, con una mente abstracta o un alma añadido a ello” (1922/1977, p.640).
imagen8
Figura 6: Elementos esenciales y su relación con otras construcciones en el Modelo de desempeño ocupacional. (Texto de la ilustración: Roles Ocupacionales./Autocuidados, Ocio, Producitividad/
Componente Biomecánico, Componente Sensoriomotor, Componente Cognitivo, Componente Intrapersonal, Componente Interpersonal/ Elemento Cuerpo, Elemento Mente, Elemento Espiritual)
En su lugar, el describió el proceso de ‘hacer’ y ‘conocer’ como, "facilidad placentera" (1922/1977, p. 640). Aunque nunca definido por Meyer, la placentera facilidad podría ser interpretado desde la perspectiva de investigación en psiconeuroinmunología que ha relacionado las alteraciones de humor, dolor y respuestas agradables a una variedad de actividades mentales y físicas. (Ader & Cohen, 1993; Pelletier & Herzing, 1988). En este modelo, cuerpo, mente y espíritu son considerados como elementos  principales del cuerpo (físico y tangible) e incorpóreo (intangible y sin material existente).

Reconociendo el elemento principal del cuerpo físico asevera que sin los límites de nuestro conocimiento, los aspectos de la actuación humana pueden ser descritos en términos de una pequeñísima estructura conocida tal como células, moléculas y tejidos. La interacción con y entre estas estructuras contribuye al desempeño ocupacional proporcionando los elementos físicos intrínsicos requeridos para el desempeño ocupacional.

Elemento Corporal es definido como todos los elementos físicamente tangibles de la estructura humana.

El elemento principal de la mente ha sido conceptualizado por teóricos en muy diferentes formas. Algunos modelos de la mente son sencillos, mecánicos y reducidos, y compara a la mente humana con un simple modelo de entrada-salida. Otros enfoques intentan describir la mente por medio de procesos biológicos tales como modelos neuronales. Aún así otros modelos de la mente humana son más abstractos. Fischbach (1992), por ejemplo, equipara la mente a la consciencia, o a un sentido subjetivo de la propia conciencia.

Utiliza la metáfora de ‘la mente’ como un vigilante principal interno que hace sentir y moverse... y produce impulsos, humores, deseos y formas subconscientes de aprendizaje (Fischbach, 1992, p.24-25). La mayoría de los teóricos concuerdan en que el producto de la mente es el pensamiento que, alternativamente produce paradigmas individuales de realidad desde los que nosotros planeamos nuestras rutinas diarias, tareas y subtareas.

El elemento de la Mente es definido como el centro de nuestro intelecto consciente e inconsciente que forma las bases de nuestras habilidades de entender y razonar. 

La idea de espiritualidad como la esencia básica de una persona fue aplicado a las ocupaciones por Egan y DeLaat (1994) que describieron la espiritualidad humana como la esencia de un persona que es expresada en las acciones de cada día. Este punto de vista refleja anticipadas interpretaciones de espiritualidad  en la ocupación como lo expresado por Meyer (1922/1977) quien observó que la gente vive su vida a través de las ocupaciones de las ocupaciones diarias, se preocupan de sí mismos, no sólo con el desempeño ocupacional sino también obteniendo significado de ello. La espiritualidad, tan diferente de la religiosidad,  por lo tanto, no es vista tan separada de las ocupaciones diarias, pero sí como una parte de cada nivel de desempeño ocupacional.

Aunque muchas definiciones idiosincrásicas de espiritualidad han sido derivadas de la literatura de la salud, tres conceptos aparecen para repetirse y relacionarse a la idea de ‘Significado’(Dossey & Guzzetta, 1994), ‘esperanza’ (Bruhn, 1984; Dufault & Martocchio, 1985; Fine, 1991; Forbes, 1994) y un sentido de ‘interconexión’ (Canadian Association of Occupational Therapists, 1991). El enlace entre ocupaciones humanas y significado está en el corazón de la ‘resolución’ de la vida. Sin el modelo de desempeño ocupacional (Australia), la espiritualidad está expresada en todas las construcciones. En el nivel de desempeño ocupacional, las rutinas, tareas y subtareas contribuyen a la percepción de la persona del significado y propósito cuando crean, sobre lo que piensan  y llevando a cabo ocupaciones deseadas y necesitadas. La gente, al realizar cualquier ocupación de pensamiento o sentimiento de acción se obliga a crear y desarrollar su propia resolución (Breines, 1989; Urbanowski & Vargo, 1994). En este nivel, donde el desempeño ocupacional no se percibe como un propósito, se convierte en algo sin sentido,  falto de ‘espíritu’. Los filósofos han sugerido que la pérdida de significado es quizás la mayor crisis personal y colectiva frente a la vida diaria de la gente (See for example, Frankl, 1959; Fromm, 1968; Marx, 1932/1977; Popper, 1981; Trueblood, 1951). Por ejemplo, Trueblood (1951, p.49) declaró, "Que lo que es terrible para los hombres y mujeres es la convicción de que ellos no son necesarios, que no contribuyen en nada, y que sus vidas carecen de sentido".

En la parte integrante del Modelo de desempeño ocupacional, la espiritualidad, es definida a través del significado y la esperanza, contribuyendo a operaciones cognitivas que involucran a la imaginación, la toma de decisiones y la habilidad para reflejarlas. Los aspectos intrapersonales de significado y esperanza se relacionan con ideas de un punto personal de control, intención, voluntad y motivación. La interconexión es fundamental al deseo y al desarrollo de operaciones intrapersonales que simultáneamente satisfacen una necesidad personal y encaja con el mundo social externo.

En el nivel ocupacional del desempeño de un rol, la espiritualidad en términos de significado personal, conexión y esperanza contribuyen a la dimensión de roles del ‘ser’ y a la satisfacción derivada de llevar a cabo roles elegidos o necesarios.

El sentir esperanza a través de un futuro imaginado es una dimensión del tiempo. La reminiscencia a través del tiempo da a una persona una conexión con su pasado y afirma percepciones del significado de la vida. Al final, las historias de la vida personal de la gente, incorporadas en la ocupación, les permite conectarse a las visiones universales de sí mismos, como son parecidos a todas las sociedades, culturas y tradiciones

Pronto en la historia de la profesión, la espiritualidad fue reconocida como un aspecto integrante de la función humana e inseparable de los elementos mental/corporales.  El posterior desarrollo en la profesión ha devaluado este aspecto de la función humana hasta el punto de ignorarlo. Este modelo no tiene una visión de espiritualidad como un sistema humano, sino como un elemento central que está embutido en todos los aspectos de la existencia ocupacional.  Es visto como un ser altamente personal, y al mismo tiempo, rando a la gente con los otros y permitiéndoles crear sus propias ideas de humanidad. La espiritualidad se refiere al aspecto existencial de los humanos que reconocen un misterio existente en la vida. El reconocimiento de una dimensión espiritual presupone que los seres humanos se dedican a la reflexión sobre la naturaleza y el significado de sus vidas (Canadian Association of Occupational Therapy, 1991; de Rozario, 1994). Muchos mitos y creencias son expresiones de espiritualidad. Algunos autores sugieren que estos son nuestros intentos de explicarnos el mundo a nosotros mismos. Lo que esta construcción reconoce es la experiencia de consciencia, de voluntad y de armonía que influye en cada aspecto del desempeño humano. (Kuhn, 1962; Popper, 1981). Durante siglos, filósofos han relacionado la dimensión espiritual de los humanos con el desarrollo de los contextos éticos para el comportamiento humano que sucesivamente, es vinculado a la mayoría de las normas socioculturales que determinan cómo realizamos las ocupaciones diarias.

El reconocimiento de una dimensión espiritual en este modelo de desempeño ocupacional no es un rechazo de las explicaciones físicas del comportamiento humano, sino una afirmación de que en esta etapa del desarrollo humano, las explicaciones físicas son incompletas.
Elemento Espiritual es definido aproximadamente como ese aspecto de los humanos que busca una sensación de armonía interior y entre uno mismo, la naturaleza, los otros y en algunos casos u otro primordial; busca un misterio existente a la vida; convicción interior; esperaza y significado.

Juntos el cuerpo, la mente y el espíritu forman el cuerpo humano, el cerebro humano, la mente humana, la consciencia humana de sí misma y la conciencia humana del (Popper, 1981). En relación al desempeño ocupacional, el elemento principal del espíritu de la mente-corporal de este modelo se traduce en dimensiones de desempeño de ‘hacer-conocer-ser’.Esas dimensiones de hacer-conocer-ser son fundamentales para todos los roles, tareas y subtareas de desempeño ocupacional y para todos los componentes de este. 

Esa interacción puede darse entre los elementos principales ilustrados por líneas punteadas contenidas en este nivel de el modelo. Las flechas que enlazan los elementos principales con los componentes de desempeño (Fig. 6) reflejan la influencia entre los principales elementos y otros niveles del modelo.

Análisis del Desempeño Ocupacional: Elementos Principales del Desempeño

El análisis del desempeño ocupacional a este nivel hace referencia a :

CONSTRUCTO 6: EL ENTORNO EXTERIOR

El entorno exterior son todas las condicionaes que rodean a una persona, y ha sido clasificado de varias formas. Este modelo clasifica al entorno exterior como un fenómeno sociocultural interactivo físicosensorial (Fig. 7). La interacción de esas cuatro dimensiones ambientales crea subdimensiones adicionales tales como entornos políticos y económicos que actúan como un filtro entre el entorno interior y exterior y profundamente afectan al desempeño ocupacional.

Aunque los aspectos de este entorno son definidos de forma separada, el impacto ambiental que es traído para referirse al desempeño ocupacional es una integración de dimensiones sensoriales, físicas, sociales y culturales (Llorens, 1984b, Spencer, 1987). Las flechas conectan las cuatro dimensiones que refleja el ambiente externo

Los aspectos físicos del entorno hacen referencia a los alrededores naturales y construidos que organizan límites físicos. Este entorno físico contribuye al modelado del desempeño ocupacional a través de la influencia de la extensión al que su propio mantenimiento, desempeño de la productividad, ocio y descanso pueden ser efectuadas.

Aunque el entorno físico es a menudo visto como lo tangible, está formado parcialmente por otras dimensiones ambientales. Por ejemplo, las influencias ambientales socioculturales determinan la forma de mirar al ambiente físico. Una gran ciudad en una sociedad occidental con sus grandes edificios hechos de cristal y acero muestra bastantes diferencias en sus dimensiones físicas en relación a un poblado tropical en una isla del Pacífico. Los aspectos sensoriales del entorno también contribuyen a sus características físicas. Las diferencias en el estilo, y en los componentes estructurales y físicos de un entorno Ártico son realmente diferentes a los de un desierto.

imagen9
Figura 7: El Entorno Exterior y su relación con otras construcciones en el Modelo de Desempeño Ocupacional. (Texto de la ilustración: Roles Ocupacionales./Autocuidados, Ocio, Producitividad/
Componente Biomecánico, Componente Sensoriomotor, Componente Cognitivo, Componente Intrapersonal, Componente Interpersonal/ Elemento Cuerpo, Elemento Mente, Elemento Espiritual/ Contexto-Entorno Cultural, Contexto-Entorno Físico, Contexto-Entorno Social, Contexto-Entorno Sensorial )

El entorno sensorial se enlaza más directamente con los componentes sensoriales y cognitivos del ambiente interior y proporciona la entrada natural que dirige al desempeño del oficio.

Lo fundamental a los datos proporcionados por el ambiente sensorial es la información sobre su supervivencia. Por ejemplo,  es decisivo si un entorno es demasiado caliente o demasiado frío para sostener la vida; demasiado ruidoso para poder descansar o trabajar o demasiado visualmente confuso para mantener la concentración.

La cultura en este caso se refiere a los patrones transmitidos de comportamiento compartidos por los miembros de un grupo que les proporciona mecanismos efectivos de interacción (Krefting & Krefting, 1991). La cultura puede ser considerada como un concepto predominante (p.ej. las culturas occidentales y las indígenas) que dirige la especialidad sociocultural del entorno del grupo cada uno con sus propias creencias y rituales que se utilizan para determinar las normas de comportamiento. Los seres humanos son criaturas sociales. Algunos teóricos han sugerido que el entorno social está constituido por varias capas (Llorens, 1984b; Barris, Keilhofner, Levine & Neville, 1985). Esas capas se han desarrollado a partir de ideas de grados de intimidad que se encuentran entre la gente de una familia, vecindario, comunidad y una sociedad más amplia (Llorens, 1984b). Muchos roles de desempeño de ocupación son llevados a cabo en diferentes entornos sociales que llevan implícitos códigos de comportamiento en forma de papeles sociales previstos. La mayoría de los roles de desempeño ocupacional establecidos en esos ambientes sociales y el nivel de dominio no se basa sólo en una elección individual si no también en expectativas sociales.. Por lo tanto, una de las mayores influencias en el desempeño de roles ocupacionales es el grado de ajuste entre los roles de desempeño ocupacional y el entorno social. La relación que existe entre la construcción previa y el entorno exterior es profundo y complejo como lo ilustrado en la figura 7. Muchos roles de desempeño ocupacional, rutinas, tareas y subtareas son realizados específicamente en respuesta a las demandas externas dirigidas hacia una constante adaptación del comportamiento ocupacional. Asimismo, el desempeño ocupacional que se da en el entorno exterior, puede funcionar para mantener influencias ambientales o cambiarlas. Este proceso de adaptación puede ser observado o analizado desde la perspectiva del impacto de las dimensiones ambientales en el desempeño de la ocupación y/o el impacto del sujeto en el entorno.

El Entorno Físico se refiere al entorno natural y construído de una persona, que forma límite físicos y contribuye a modelar el comportamiento.
El Entorno Sensorial se refiere a lo sensorial que rodea a una persona. Los aspectos sensoriales del entrono dan a una persona información sobre los aspectos físicoculturales del entorno y su supervivencia.
El Entorno Cultural se refiere a una estructura organizada que se compone de sistemas de valores, creencias, ideales y costumbres que son aprendidas y trasmitidas para contribuir a los límites del comportamiento de una persona o un grupo.
El Entorno Social se refiere a una estructura organizada creada por patrones de relación entre las personas que tienen una función dentro del grupo que alternativamente contribuye a establecer los límites de comportamiento.

Análisis de Desempeño Ocupacional:

El Entorno de Desempeño Exterior

El Análisis de desempeño ocupacional a este nivel del modelo hace referencia a:

  1. el grado en el que interfiere el presente y el futuro del desempeño del entorno con el rol de desempeño ocupacional y el punto en el que lo mantienen.
  2. el potencial para la modificación del entorno físicosensorial-sociocultural. Las transacciones en las seis construcciones ya esbozadas se producen en las dimensiones de espacio y tiempo.

CONSTRUCTO 7: ESPACIO

Se define espacio como una extensión que se prolonga en todas las direcciones, en el que están localizados todos los objetos materiales o formales. El Modelo de Desempeño Ocupacional (Australia)  aumenta esas nociones de espacio circundante para incorporal los comentes interiores y exteriores (Fig. 8). El espacio externo rodea a las personas como objetos en el espacio, pero las personas se contienen en un espacio interior que está lleno de objetos con formas de estructuras corporales. El concepto de espacio interior se corresponde con las ideas contemporáneas de la función humana. Los teóricos describen un sistema coordinado de tres dimensiones espaciales humanas que funcionan para comprender el espacio exterior y un sistema de espacio interior que identifica cómo se relacionan las partes del cuerpo  entre ellas y con el espacio exterior (Gilfoyle, Grady & Moore, 1981; Stelmach, 1982).

La interpretación humana del espacio exterior e interior se conceptualiza en este modelo como espacio físico y espacio sentido. El espacio físico proviene de la construcción técnica de espacio como vista por la Física. Tantos objetos como espacio son compuestos de materia física, por tanto, las leyes de la Física rigen las ideas del espacio físico. Sobre esto deriva, en parte, nuestros conocimientos sobre estructuras corporales, sistemas corporales, objetos con los que la gente interactúa y el amplio mundo físico en el que las personas existen y realizan sus funciones.

De mayor importancia para el desempeño ocupacional es la idea de espacio sentido. Aunque las personas estén rodeadas por el espacio físico, el significado que le atribuyen, la forma en que lo utilizan y se interaccionan con ello, está determinado en gran parte por como lo interpretan. Esta interpretación hace referencia en el Modelo de Desempeño Ocupacional (Australia) al espacio sentido. El espacio sentido es un punto de vista personal, dinámico del espacio físico como una experiencia de cada individuo. El significado que se atribuye al espacio físico durante funcionamiento ocupacional tiene representación dentro de todas las construcciones descritas previamente y por lo tanto es representado por un recubrimiento sombreado. Ver figura 8. Por ejemplo, los objetos externos y el espacio afectan a los diversos receptores sensoriales de las personas al nivel de los elementos principales del desempeño ocupacional. Esta información produce un entendimiento de la forma y espacio de los elementos del entorno a través de un complicado proceso de interpretación implicando a componentes biomecánicos, sensorial-motores, cognitivos y afectivos. Del mismo modo, las personas se dan cuenta de los procesos interiores del cuerpo a través de la interpretación de la información que es procesada en los elementos principales y en  el nivel integral de desempeño ocupacional. Por ejemplo, el activo movimiento que se da durante el desempeño de una tarea ocupacional produce cambios biomecánicos en el espacio de las relaciones entre las partes del cuerpo. El procesamiento de la compleja información sensorial implicada en el movimiento a través del espacio  y las interacciones con objetos en el espacio resulta en el entendimiento cognitivo del cuerpo en el espacio y se su relación con los objetos en el espacio. Parte del significado que se atribuye al espacio y a los objetos en el espacio contiene un componente afectivo o emocional que contribuye a los sentimientos de uno mismo como un objeto en el espacio, sobre el tipo de relaciones existentes entre uno mismo y el espacio, y sobre la relación entre uno mismo y los otros objetos del espacio.

imagen10
Figura 8:El espacio y su relación con la otra construcción en el Desempeño Ocupacional. (Texto de la ilustración: Roles Ocupacionales./Autocuidados, Ocio, Producitividad/
Componente Biomecánico, Componente Sensoriomotor, Componente Cognitivo, Componente Intrapersonal, Componente Interpersonal/ Elemento Cuerpo, Elemento Mente, Elemento Espiritual/ Contexto-Entorno Cultural, Contexto-Entorno Físico, Contexto-Entorno Social, Contexto-Entorno Sensorial/ Espacio, Tiempo )

 

Las perspectivas biomecánicas, cognitivas, sensorial-motoras, interpersonales e intrapersonales de forma y espacio están integradas para generar un informe altamente individualizado de los componentes de forma y espacio de cada paso de cada tarea ocupacional que es percibida, recordada, planeada o llevada a cabo en la vida.

A nivel de desempeño de rutinas, tareas y subtareas el espacio sentido proporciona a las personas un significado de experiencias de construcción, organización y esquematización para el planeamiento o el desempeño de tareas ocupacionales. Específicamente, para el desempeño ocupacional, se provee a la gente con una forma de conceptuar rutinas, tareas y subtareas en términos de su forma y estructura.. Las personas entienden y explican a los demás que necesidades tienen que hacer describiendo la forma final de la tarea,  a través del desempeño segmentacional consciente o inconscientemente en formas completadas parcialmente  que finalmente se convierten en una tarea completa, y a través de la descripción de la relación de los objetos externos y de las partes del cuerpo durante cada parte dividida del desempeño.

Al nivel de roles de desempeño ocupacional, la interpretación espacial de rutinas ocupacionales y tareas, vinculadas con el tiempo, van más allá de una mera provisión para la gente con un sentido de construir una imagen del mundo espacial en el que realizan las tareas ocupacionales. A este nivel, los conceptos espaciales de rutinas regulares e intermitentes culminan en una rutina que da significado en términos de estructura y forma. Por ejemplo, en muchas culturas, las descripciones del rol de un trabajador sirven para un amplio territorio y su espacio dependiente. Las personas describen su rol de trabajo en relación a lo que ellos hacen (última forma), la gente o herramientas con las que trabajan (objetos) y el lugar en el que trabajan (situación en el espacio). Los niños que describen sus roles de juegos a menudo lo hacen según con lo que ellos jueguen (objetos), las ‘reglas’ del juego (la relación de los objetos) y después, con quién juegan (gente como objetos). El espacio sentido contribuye a que cada persona construya su propio mundo particular a partir de su habilidad, personalizando los acontecimientos en el mundo y sobre todo, dedicándose al fenómeno social de compartir su interpretación del mundo dentro de una cultura (Bruner, 1990). Incorporando las ideas tanto del espacio físico como del sentido, este modelo utiliza el término, espacio del modo siguiente. Espacio hace referencia a la composición de la materia física (Espacio Físico) como desde el punto de vista de una persona de su experiencia del espacio (espacio sentido).

CONSTRUCTO 8: TIEMPO

El tiempo es la última construcción del Modelo de Desempeño (Australia) y ha sido definida como un sistema de relacionar un acontecimiento consecutivo con otro (Delbridge, 1981, p.1808). A partir de las descripciones de la construcción espacial perfiladas previamente, el tiempo se conceptualiza en este modelo como el tiempo físico y el tiempo sentido. El tiempo está además representado en el modelo con una capa (Fig. 9).

El tiempo Físico proviene también de las leyes físicas que intentan explicar los aspectos temporales de los cambios físicos observados durante el desempeño ocupacional. Esto se expresa normalmente en términos secuenciales o simultáneos a los acontecimientos ocurridos. Por ejemplo, en el nivel de los elementos principales, los procesos neuronales son descritos no sólo en términos de configuraciones espaciales sino también temporales. En el nivel del entorno, una representación del tiempo físico son los ciclos del sol y de la luna.  El tiempo sentido es la interpretación de una persona del tiempo basado en el significado que se le atribuye. Como con el espacio sentido, el tiempo sentido implica una gran abstracción personal del tiempo que se representa en todos los niveles del modelo. Es una abstracción experimental que está siendo constantemente cambiada y modificada por la experiencia.

El tiempo inmediato se representa en el nivel integrante, en el que varias operaciones biomecánicas, sensorial-motores y cognitivas suceden aquí y en este momento contribuyendo al desempeño de tareas.
imagen11
Figura 9 : El tiempo y su relación con otras construcciones en el Modelo de Desempeño Ocupacional. Juntos, el tiempo físico y sentido contribuyen al desempeño de la ocupación a cualquier nivel. (Texto de la ilustración: Roles Ocupacionales./Autocuidados, Ocio, Producitividad/
Componente Biomecánico, Componente Sensoriomotor, Componente Cognitivo, Componente Intrapersonal, Componente Interpersonal/ Elemento Cuerpo, Elemento Mente, Elemento Espiritual/ Contexto-Entorno Cultural, Contexto-Entorno Físico, Contexto-Entorno Social, Contexto-Entorno Sensorial/ Espacio, Tiempo )

El ritmo inmediato de las interacciones entre las personas contribuye a la conveniencia de casos  específicos de interacción social. En el nivel de los elementos principales, el tiempo es esencial para la contracción muscular, la trasmisión neuronal y un sentimiento espiritual del tiempo ‘adecuado’.En el nivel de las áreas de desempeño ocupacional, el ritmo inmediato de las subtareas es esencial para la formación de rutinas secuenciales. En el nivel del rol de desempeño ocupacional, el ritmo inmediato de los acontecimientos sirven para relacionar a las personas con las circunstancias sociales y del entorno, estableciendo de ese modo un sentimiento de estar en el ‘lugar adecuado’ a la ‘hora adecuada’. Las extendidas ideas de tiempo lineal provienen de la sociedad occidental, y establecen límites para que la gente en esas sociedades pase el tiempo durante el día, una semana o un año. Más allá del amplio desarrollo de conceptos de tiempo relacionado con el nacimiento o la muerte, el tiempo lineal puede ser observado de forma más abstracta como simplemente la ‘extensión del tiempo’ y por lo tanto es importante hacer una secuencia de ocupaciones, rutinas particulares y tareas que suceden en un tiempo y se coordinan con otras en el entorno de toda la gente (Peat, 1994). El tiempo cíclico anuncia sensaciones de ‘conocimiento’ en el caso de que los acontecimientos sucediesen y ocurriesen con repeticiones de las ocupaciones, hasta el punto en el que se convirtiesen en habituales, de ese modo nos mantendría en el ‘lugar’. El entorno externo tiene su propio tiempo, que se compone de elementos físicos tantos como el ritmo de los acontecimientos externos que tienen que coincidir con las ideas individuales de tiempo. Este aspecto del tiempo es esencial para desempeñar el rol ocupacional satisfactoriamente.

Como con el concepto de espacio sentido, las ideas del tiempo sentido varían de persona a persona y de una cultura a otra. En muchas culturas, el tiempo se basa a menudo en formas similares a una coordinación espacial. Un espacio común establece que el tiempo representado es un ‘día’. En las sociedades occidentales, un día corresponde a 24 horas. En otras culturas, un día dura desde la salida del sol hasta el ocaso. En muchas culturas, un día, definido por esa cultura, es el periodo específico de tiempo a través del cual se ordena la mayor parte de la vida de las personas. En esas culturas, el patrón de desempeño ocupacional está organizado en parte por ese lapso de tiempo ‘definido’ que es conceptualizado como lineal, circular o espiral. Muchas ocupaciones están organizadas de forma similar sobre otros modelos de tiempo tales como las estaciones, los patrones climáticos y de grupos sociales. Todavía hay culturas que no tienen un modelo formal de tiempo, aunque tengan algunas abstracciones sobre el tiempo relacionadas con el periodo existente entre el principio y el final del desempeño de específicas tareas vitales, como la de irse a dormir y despertarse, de la salida del sol al ocaso y la repetición de esos tipos de actividades y acontecimientos. Las abstracciones de tiempo tales como los acontecimientos sincronizados, las acciones para coordinarse con los otros y la regulación de las acciones en relación a la velocidad y a alguna idea interna de ‘hora adecuada’ son fundamentales para el sentido del tiempo de todas las personas (Popper, 1981).

Las conceptualizaciones de tiempo presentadas en este modelo están restringidas por la interpretación cultural occidental de tiempo. Antes de utilizar este modelo para explicar las abstracciones de tiempo relacionadas con otras culturas, los terapeutas necesitarían investigar la abstracción predominante de tiempo en esa cultura y, si fuera posible, revisar sus relaciones con otras construcciones en este modelo.

Tiempo se refiere tanto a ordenamiento temporal de acontecimientos físicos y de otro tipo (Physical Time) como la interpretación personal del tiempo basado en el significado que se le atribuye (Tiempo sentido). Un amplio concepto de espacio y tiempo, en este modelo, es la noción de ‘lugar’. El lugar es una porción particular del espacio de extensión definida o indefinida. Por lo tanto, lugar hace referencia al espacio existente en conexión con el tiempo (Delbridge, 1981, p.1320).  Autores como Rowles (1991), Seamon y Nordin (1981) han teorizado sobre la naturaleza de ser ‘en un lugar’. Lo describen como un fenómeno en la vida de cada día que sucede a través de un proceso de inmersión en una posición espaciotemporal. Esta posición puede darse en el presente o en el recuerdo del pasado o en lo imaginado del futuro, de ese modo se posiciona el horizonte para el desempeño ocupacional en cada vida.
El reconocimiento del espacio y el tiempo tan expresado por ser ‘en un lugar’ afirma que hay dimensiones para el modelo de ocupación humana que no están dirigidas a la productividad. Estas dimensiones surgen a través del potencial de identidad reforzada de los aspectos no instrumentales de ser ‘en un lugar’ tales como la reminiscencia (recuerdos de historias vividas), la reflexión (revisión de pensamientos y acciones) y la inmersión en entornos desplazados espacialmente o temporalmente (ensueño e imaginación).
De forma similar, cuando considerando los aspectos espaciotemporales del entorno exterior, se convierten en mucho más que en una posición física o sociocultural para el desempeño. La perspectiva fenomenológica del espacio y tiempo sentido abarca las dimensiones sensorial, física, social, cultural e histórica de un entorno de experiencias vividas. Por lo tanto, el entorno como un mundo espaciotemporal no sólo incluye la actual situación de la persona, sino también existe un espacio-temporal profundo que es una experiencia única en el marco de la historia personal.

Análisis de Desempeño Ocupacional:

Espacio y Tiempo
Como se ha descrito, los elementos del espacio y el tiempo están incluidos en el desempeño ocupacional en cada nivel del modelo. La consecuencia para el análisis de desempeño ocupacional es para:

  1. ser vigilante en relación a las dimensiones tanto de espacio como de tiempo del desempeño ocupacional.

Bibliografía


  1. Ader, R., & Cohen, N. (1993). Psychoneuroimmunology: conditioning and stress. Annual Revew of Psychology, 44, 53-85.
  2. Allen, C.K. (1985). Occupational therapy for psychiatric diseases: Measurement and management of cognitive disability. Boston: Little, Brown and Co.
  3. American Occupational Therapy Association, Inc. (1973). The roles and functions of occupational therapy personnel. Rockville, Maryland: Author
  4. American Occupational Therapy Association, Inc. (1974). A curriculum guide for occupational therapy educators. Rockville, Maryland: Author
  5. American Occupational Therapy Association, Inc. (1979). Occupational therapy output reporting system and uniform terminology for reporting occupational therapy services. Rockville, Maryland: Author
  6. American Occupational Therapy Association, Inc. (1989). Uniform terminology for occupational therapy - second edition. American Journal of Occupational Therapy, 43(12), 808-815.
  7. Anderson, N. (1964). Dimensions of work. New York David McKay
  8. Árnadóttir, G. (1990). The brain and behaviour: Assessing cortical dysfunction through activities of daily living. St. Louis: C.V. Mosby
  9. Ayres, A.J. (1979). Sensory integration and the child. Los Angeles: Western Psychological Services
  10. Barris, R., Keilhofner, G., Levine, R. E., & Neville, A. M. (1985) Occupation as interaction with the environment. In G. Keilhofner (Ed.), A model of human occupation: theory and application (pp. 42-62). Baltimore: Williams & Wilkins.
  11. Brown, F. (1987). Meaningful assessment of people with severe and profound handicaps. In M.E. Snell (Ed.), Systematic instruction of persons with severe
  12. handicaps (3rd ed.) (pp.39-63). Columbus, Ohio: Charles E. Merrill Publishing Company.
  13. Bruhn, J. (1984). the therapeutic value of hope. Southern Medical Journal, 77, 215-219
  14. Borg, B., & Bruce, M.A. (1991). Assessing psychological performance factors. In C. Christiansen, & C. Baum (Eds.), Occupational therapy: overcoming human performance deficits (pp 539-590). Thorofare, NJ: Slack, Inc.
  15. Breines, E.B. (1989). The issue is - Making a difference: A premise of occupation and health. American Journal of Occupational Therapy, 43, 51-52.
  16. Bruner, J. (1990) Acts of meaning. Cambridge, MA: Harvard University Press. Canadian Occupational Therapy Assoiation (1991). Occupational therapy guidelines for client-centered practice. (Available from CAOT, 110 Eglinton Ave. West, 3rd floor, Toronto, Ontario, Canada M4R 1A3)
  17. Christiansen, C. (1991). Occupational therapy: intervention for life performance. In C. Christiansen, & C. Baum (Eds.), Occupational therapy: overcoming human
  18. performance deficits (pp 3-44). Thorofare, NJ: Slack, Inc.
  19. Christiansen, C., & Baum, C. (Eds.) (1991). Occupational therapy: overcoming human performance deficits. Thorofare, NJ: Slack, Inc.
  20. Coleman, P. G. (1986) Ageing and reminiscence processes: Social and clinical implications. New York: Wiley.
  21. Cynkin, S. (1979). Occupational therapy: toward health through activities. Boston: Little, Brown. Delbridge, A. (Ed.). (1981). The macquarie dictionary. St.Leonards, NSW: The Macquarie Library P/L
  22. Dickoff, J., James, P., & Wiedenbach, B. (1968). Theory in a practice discipline; Part 1: Practice oriented theory. Nursing Research, 17(5), 415-435.
  23. Dossey, B., & Guzzetta, C. (1994). Implications for bio-psychosocial- spiritual concerns in cardiovascular nursing. Journal of Cardiovascular Nursing, 8(4), 72-88.
  24. Duchek, J. (1991). Assessing cognition. In C. Christiansen, & C. Baum (Eds.), Occupational therapy: overcoming human performance deficits (pp 523-537). Thorofare, NJ: Slack, Inc.
  25. Dufault, K., & Martocchio, B.C. (1985). Hope: Its spheres and dimensions. Nursing Clinics of North America, 20, 379-391
  26. Dunn, W.W., & Campbell, P. (1991). Designing pediatric service provision. In W. Dunn (Ed.) Pediatric occupational therapy: facilitating effective service provision (pp. 139-160). Thorofare, NJ: Slack, Inc.
  27. Dunn, W.W., & McGourty, L. (1989). Application of uniform terminology to practice. American Journal of Occupational Therapy, 42(12), 817-831.
  28. Dutton, R., Levy, L. & Simon, C. (1993). Frames of reference in occupational therapy: introduction. In H.L. Hopkins, & H.D. Smith (Eds). Willard and Spackman's occupational therapy (8th ed.) (pp 62-65).
  29. Egan, M., & DeLaat, M. (1994). Considering spirituality in occupational therapy practice. Canadian Journal of Occupational Therapy, 61(2), 95-101.
  30. Fidler, G., & Fidler, J. (1978). Doing and becoming: purposeful action and self actualization. American Journal of Occupational Therapy, 32(5), 305-310.
  31. Fine, S. (1991). Resilience and human adaptability: who rises above adversity? 1990 Eleanor Clark Slagle Lecture. American Journal of Occupational Therapy, 45, 493- 503.
  32. Fischbach, G.D. (1992). Mind and brain. Scientific American, 267(3), 24-33
  33. Fisher, A., Murray, E., & Bundy, A. (1991) Sensory integration: theory and practice Philadelphia.
  34. Forbes, S.B. (1994). Hope: an essential human need in the elderly. Journal of Gerontological Nursing, 20(6), 5- 10
  35. Frankl, V. (1959). Man's search for meaning. Boston: Beacon
  36. Fromm, E. (1968). The revolution of hope. Toward a humanized technology. New York: Harper & Row.
  37. Guilfoyle, E. M., Grady, A., & Moore, J. C. (1981) Children adapt. Thorofare, N.J: Charles B. Slack
  38. Hagedorn, R. (1992). Occupational therapy: foundations for practice. London: Churchill Livingstone.
  39. Heard, C. (1977) Occupational role acquisition: A perspective on the chronically disabled. American Journal of Occupational Therapy, 31(4), 243-247
  40. Hopkins, H., (1993). Philosophical base of occupational therapy. In, H.L. Hopkins, & H.D. Smith (Eds.) Willard and Spackman's occupational therapy (8th ed.) (pp.58-59). Philadelphia: J.B. Lippincott.
  41. Hubbard, S. (1991) Towards a truly holistic approach to occupational therapy. British Journal of Occupational Therapy, 54,(11) 415-419
  42. Jackoway, I. S., Rogers, J. C., & Snow, T. (1987) The Role Change Assessment: An interview tool for evaluating older adults. Occupational Therapy in Mental Health, 17-37
  43. Jackson, J.A. (1972). Role. Cambridge: Cambridge University Press
  44. Jenkins, M. (1993). So we think we are unique. British Journal of Occupational Therapy, 56(1), 1.
  45. Keilhofner, G.(Ed.). (1985) A model of human occupation: Theory and application. Baltimore: Williams & Wilkins.
  46. Keilhofner, G. (1995). A model of human occupation: theory and application (2nd ed.). Baltimore: Williams & Wilkins.
  47. Keilhofner, G., & Burke, J. P. (1985) Components and determinants of human occupation. In G. Keilhofner Occupational Performance Model (Australia) (Ed.), A model of human occupation: theory and application. (pp.17-20), Baltimore: Williams & Wilkins.
  48. Keilhofner, G. Harlan, B., Bauer, D., & Maurer, P. (1986) The reliability of a historical interview with physically disabled respondents. American Journal of Occupational Therapy. 40(8) 551-556 Kelso, J.A.S., Mandell, A.J., & Schelsinger, M.E. (Eds) (1989). Dynamic patterns in complex systems. Singapore, Republic of Singapore: World Scientific Publishing Co. Pty. Ltd.
  49. King, L. J. (1978) 1978 Eleanor Clarke Slagle Lecture: Toward a science of adaptive responses. American Journal of Occupational Therapy, 32(7), 429-437.
  50. Krefting, L. (1985). The use of conceptual models in clinical practice. Canadian Journal of Occupational Therapy, 52(4), 175-178.
  51. Krefting, L., & Krefting, D. (1991). Cultural influences on performance. In C. Christiansen, & C. Baum (Eds.), Occupational therapy: overcoming human performance deficits (pp 101-122). Thorofare, NJ: Slack, Inc.
  52. Kuhn, T. (1962) The structure of scientific revolutions. Chicago: University of Chicago Press. Leont'ev, A.N. (1981). The problem of activity in psychology. In
  53. J.V. Wertsch (Ed.), The concept of activity in Soviet psychology. Armonk, NY: M.E. Sharpe, Inc. Llorens, L. (1976). Application of a developmental theory for health and rehabilitation. Rockville, MD: American Occupational Therapy Association, Inc.
  54. Llorens, L. (1984a). Theoretical conceptualizations in occupational therapy: 1960-1982. Occupational Therapy in Mental Health, 4(2), 1-14.
  55. Llorens, L. (1984b). Changing balance: environment and individual. American Journal of Occupational Therapy, 38(1), 29-34.
  56. Llorens, L. (1991). Performance tasks and roles throughout the life span. In C. Christiansen, & C. Baum (Eds.), Occupational therapy: overcoming human
  57. performance deficits (pp 45-66). Thorofare, NJ: Slack, Inc. Lyons, B.G. (1983). Purposeful versus human activity. American Journal of Occupational Therapy, 37(7), 493-495.
  58. Manstead, A.S.R., & Hewstone, M. (Eds.) (1995). The Blackwell encyclopedia of social psychology. Boston: Blackwell Reference
  59. Marx, K. (1932/1977). Economic and philosophical manuscripts. In D. McLellan (Ed.), Karl Marx: Selected writings (pp. 75-111). Oxford: Oxford University Press
  60. Matsutsuyu, J. (1971) Occupational behaviour - a perspective on work and play. American Journal of Occupational Therapy, 25, 291-294.
  61. Meyer, A. (1977) The philosophy of occupational therapy. American Journal of Occupational Therapy, 31 (11), 639-642 (Original work published 1922).
  62. Moorhead, L. (1969) The occupational history. American Journal of Occupational Therapy, 23, 329-334.
  63. Mosey, A.C. (1981). Occupational therapy: Configuration of a profession. New York: Ravens Press
  64. Mosey, A.C. (1986). Psychosocial components of occupational therapy. New York: Ravens Press
  65. Nelson, D. (1984). Children with autism and other pervasive disorders of development and behavior: Therapy through activities. Thorofare, N.J.: Slack, Inc.
  66. Nelson, D. (1988). Occupation: form and performance. American Journal of Occupational Therapy, 42(10), 633-641.
  67. Oakley, F., Keilhofner, G., Barris, R., & Reichler, R. K. (1986) The Role Checklist: Developing Empirical assessment of reliability. Occupational Therapy Journal of Research, 6, 157-170
  68. Payton, O. (1979). Research: The validation of clinical practice. Philadelphia: F.A. Davis
  69. Peat, D. (1994). Blackfoot physics: A journey into the native American universe. London: Fourth estate.
  70. Pedretti, L. W., & Pasquinelli, S. (1985). A frame of reference for occupational therapy in physical dysfunction. In L.
  71. Pedretti, & B. Zoltan (Eds.), Occupational therapy: Practice skills for physical dysfunction (2nd ed.) (pp.1-16). St Louis: C.V. Mosby
  72. Pedretti, L.W., & Pasquinelli, S. (1990). A frame of reference for occupational therapy in physical dysfunction. In L.W. Pedretti and B. Zoltan, (Eds.), Occupational therapy : Practice skills for physical dysfunction (3rd ed.) (pp. 1- 17). St. Louis: C.V. Mosby.
  73. Pelletier, K., & Herzing, D. (1988). Psychoneuroimmunology: toward a mindbody model. Advances, 59(10), 27-56.
  74. Popper, K. (1981). Part 1, In K. Popper, & J. Eccles, The self and its brain: an argument for interactionism. (pp.3_211). Berlin: Springer International
  75. Ranka, J., & Zhuo Dahong (1987). Occupational therapy: a tenday course for doctors. Course presented at Sun Yat-Sen University of Medical Sciences, Guangzhou, PRC
  76. Ranka, J., Henley, E., & Zhou, D (1989). Occupational performance: a curriculum model for multipurpose rehabilitation workers. In Zhou Dahong (Ed.). Bachelor of Applied Science course proposal for Multipurpose Rehabilitation Workers. Sun Yat-Sen University of Medical Sciences, Guangzhou, PRC.
  77. Reed, K., & Sanderson, S.R. (1983). Concepts of occupational therapy (2nd ed.). Baltimore: Williams & Wilkins.
  78. Reed, K. (1984). Models of practice in occupational therapy. Baltimore: Williams & Wilkins.
  79. Reed, K. (1993). The beginnings of occupational therapy. In H.L. Hopkins and H.D. Smith (Eds.) Willard and Spackman's occupational therapy (8th ed) (pp. 26-43).
  80. Reilly, M. (Ed.). (1974). Play as exploratory learning. Beverly Hills, California: Sage
  81. Reynolds, P. (1980). A primer in theory construction. Indianapolis: Bobbs-Merrill
  82. Rogers, J. (1982). Order and disorder in medicine and occupational therapy. American Journal of Occupational Therapy, 36(3), 29-35.
  83. Romiszowski, A. (1984). Designing instructional systems. London: Kogan Page de Rozario, L. (1994, July). Spirituality and health: listening to people with chronic disabilities and illness. Paper presented at the 18th Federal Conference and Inaugural Pacific Rim Conference of the Australian Association of Occupational Therapists. Hobart.
  84. Rowles, G. D. (1991). Beyond performance: Being in place as a component of occupational therapy. American Journal of Occupational Therapy.45(3), 265-271
  85. Sarbin, T. R., & Allen, V. L. (1968) Role theory. In G. Lindzey & E. Aaronson (Eds.), Handbook of social psychology (pp. 491-530). Reading, MA: Addison-Wesley.
  86. School of Occupational Therapy. (1986). Stage IV review Bachelor of Applied Science (Occupational Therapy) course. (Available from author, The University of Sydney (C42), PO Box 170, Lidcombe, NSW Australia 2141).
  87. School of Occupational Therapy (1992). Stage IV review Bachelor of Applied Science (Occupational Therapy) course. (Available from author, The University of Sydney (C42), PO Box 170, Lidcombe, NSW Australia 2141)
  88. Schöner, G., & Kelso, J.A.S. (1988). Dynamic pattern generation in behavioral and neural systems. Science, 239, 1513- 1520.
  89. Seamon, D., & Nordin, C. (1981) Marketplace as place ballet: A Swedish example. Landscape, 24, 35-41
  90. Söderbach, I., & Ekholm, J. (1993). Occupational therapy in brain damage rehabilitation. Critical Reviews in Physical & Rehabilitation Medicine, 5(4), 315-355. April, 1997, Monograph 1
  91. Spencer, J.C. (1987). Environmental assessment strategies. Topics in Geriatric Rehabilitation, 3(1), 35-41.
  92. Stelmach, G. E. (1982) Information processing framework for understanding human motor behaviour. In J. A. Scott Kelso (Ed.), Human motor behaviour: An introduction. (pp.63-98). Hillsdale, New Jersey: Lawrence Erlbaum Assoc. Inc.
  93. Thomas, E. (1966) Problems of disability from the perspective of role theory. Journal of Health and Human Behaviour, 1, 2-4
  94. Townsend, E., Brintnell, S., & Staisey, N. (1990). Developing guidelines for client-centered occupational therapy practice. Canadian Journal of Occupational Therapy, 57(2), 69-76.
  95. Trombley, C.A., & Scott, D. (1989). Biomechanical approach: Evaluation. In C.A. Trombley (Ed.), Occupational therapy for physical dysfunction (3rd ed.) (pp. 184- 286). Baltimore: Williams & Wilkins.
  96. Trueblood, E. (1951). The life we prize. Dublin: Prinit
  97. Twible, R., & Henley, E. (1996).Operation India: community based rehabilitation workshop course notes. (Available from authors, School of Occupational Therapy, The University of Sydney, PO Box 170, Lidcombe, NSW, Australia 2141.
  98. Urbanowski, R., & Vargo, J. (1994). Spirituality, daily practice and the occupational performance model. Canadian Journal of Occupational Therapy, 43, 51-52.
  99. Vause-Earland, T. (1991) Perceptions of role assessment tools in the physical disability setting. American Journal of Occupational Therapy. 45(1). 26-31
  100. Versluys, H. P. (1980) The remediation of role disorders through focused group work. American Journal of Occupational Therapy, 34(9), 609-614.
  101. West, W.L. (1984). A reaffirmed philosophy and practice of occupational therapy for the 1980's. American Journal of Occupational Therapy, 38(1), 15-23.
  102. Yerxa, E.J. (1983). Research priorities. American Journal of Occupational Therapy, 37(10), 699.


 

Revista Gallega de Terapia Ocupacional TOG. www.revistatog.com. Número 6. Septiembre 2007